"Duré 30 horas preso, pero las sentí como 30 años": el hombre de los 3 bloques de queso
Jhon Elver Ladínez Cadena viajó hasta Maicao a comprar tres bloques de queso para venderlos en Ciénaga, cuya ganancia le serviría para acudir a su hijo que estaba enfermo.
Jhon Élver Ladínez es el desafortunado hombre que compró 3 bloques de queso y nunca se imaginó que terminaría preso, pues para evitar que se lo confiscaran, cometió el error de ofrecerles 50 mil pesos a los uniformados. Seguimiento.co (medio aliado de Zona Cero) quiso conocer la historia que hay más allá del boletín de prensa que envió la Policía de Santa Marta con el positivo de su captura. Esta es su historia.
El compungido comerciante de Ciénaga, Magdalena, describió los duros momentos que tuvo que atravesar en la URI de la Policía, en donde estuvo recluido aproximadamente 30 horas en un calabozo como cualquier delincuente más. “Estuve 30 horas en un calabozo: 30 horas que sentí como si fueran 30 años”, expresó el comerciante cienaguero.
La odisea de Jhon Élver comenzó el pasado viernes 24 de marzo, cuando en el trayecto de Maicao, en el sector de Calabozo, dos patrulleros de apellidos Cabana y Mora abordaron un bus intermunicipal para una requisa rutinaria. Jhon Elver afirma que los agentes discutieron con el ayudante del vehículo de transporte público, lo que hizo centrar la atención de los uniformados en los pasajeros que transportaban mercancía.
Uno de los patrulleros se acercó al comerciante y descubre que debajo de su asiento había una nevera portátil con tres bloques de queso que pesaban 33 kilos. En ese momento, el uniformado le informa a Jhon Elver que el producto sería decomisado por no cumplir con los parámetros de manejo y transporte del alimento.
“Yo le dije que eso no era mucho, solo eran 3 bloques en una cava, imagínese en una cava de 42 litros caben los tres bloques”, afirmó.
El patrullero solicitó al comerciante que se bajará del bus con la cédula en mano, a lo que Jhon Elver reaccionó diciéndole: “déjeme trabajar, yo le doy para la gaseosa”. Según Jhon Élver, el uniformado le respondió "que no le fuera a salir con 10 mil pesos".
“Yo le dije: 'hermano yo no le puedo brindar más porque no he desayunado, vengo sin desayuno, tengo a mi hijo enfermo, por esa razón me vine temprano a Maicao por esta mercancía, esto es lo que yo vendo'”, agregó Jhon Elver al planteamiento de patrullero, señalando que le tocó hacerle el ofrecimiento de los últimos 50 mil pesos que tenía en sus bolsillos, pensando que así solucionaría el problema.
A pesar de que la ganancia que le dejaría la venta del queso era de 60 mil pesos, en su desespero, el comerciante accedió a entregarle el dinero al policía: se sacó los 50 mil pesos, manifestando: “es lo único que tengo”. El uniformado pidió ver el billete y apenas lo vislumbró, se lo arrebató de las manos a Jhon Elver y lo empezó a grabar, anunciando que sería detenido por cohecho.
“Yo le pongo la mano en el celular para que no me grabara y me dijo que me quedara quieto o si no me esposaba”, manifestó.
Ante el procedimiento, el comerciante insistía en preguntar a qué se debía la actitud del uniformado, quien insistía en lo mismo: era guardar la calma o ser esposado. Luego siguió con el levantamiento del acta que inicialmente Jhon Elver se negaba a firmar, pero luego el agente le advirtió que de no ser firmado el documento tomaría represalias contra él.
“Yo sé cómo es la Policía, sé cuántas cosas seguro me iban a colocar, cuanta porquería me iban a colocar, entonces le firmé, le firmé porque no soy un delincuente”, señaló el comerciante.
¿Y dónde está el queso?
Entre las dificultades del día a día, a la familia de Jhon Elver le tocó pagar un abogado para que acudiera en su defensa. En medio de la audiencia en la Fiscalía, el jurista Raúl Serrano solicitó una prueba del CTI que certificara si en realidad el queso no era apto para el consumo humano, argumento que comprobó que el queso ni siquiera había sido puesto a disposición del ente investigador, como lo habían informado en el comunicado de prensa difundido a los medios el pasado jueves 30 de marzo, donde se anunciaba la captura del comerciante.
Hasta el momento el paradero del queso se desconoce y Jhon Elver asegura que en el momento de tomarse las fotos que la Policía divulgó a los medios de comunicación anunciando el positivo , él posó con los dos agentes, el queso y los 50 mil pesos: jamás se tomó una instantánea diferente a esa. Sin embargo, en el registro fotográfico que llegó en el comunicado a Seguimiento.co, solo se puede constatar al capturado, los agentes y el dinero, pero el queso no aparece.
“En ningún momento me toman una foto sin el queso. Claramente editaron la foto”, expresó Jhon Elver.
Posterior a la captura el patrullero Cabana intenta calmar al comerciante, anunciándole que sería dejado en libertad después de ser presentado ante la Fiscalía, y le extendió la posibilidad de seguir viajando sin ser molestado una vez más.
“Los compañeros me decían que esto el policía lo hizo para buscarse un permiso, un positivo para un permiso”, señaló.
“Muchos allegados y amigos que conocen de mi buen nombre me han apoyado. Quieren que yo denuncie el hecho, pero mi familia es muy allegada a Dios, y ellos me dicen que todo se lo deje a Dios”, agregó.
Ante esta mala experiencia, Jhon Elver no sabe qué hacer: se debate entre el cuestionamiento si emprender acciones legales por el hecho o sencillamente esperar el veredicto de la justicia divina.